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Ayudar a los caballos según Iris

La afición por los animales era clara desde un buen principio en mi casa. Desde pequeña estuve rodeada de animales, pequeños y grandes, tradicionales o exóticos, en mi casa si algo había eran animales. La afición venía por parte de mi padre, y yo la seguía con devoción.

 

A los 17 años decidí que no quería seguir el camino convencional de ir a la Universidad, y me propuse empezar a estudiar y formar me con caballos.

 

Esta noticia no fue muy bien acogida por parte de mis padres y amigos. En aquellos tiempos la formación profesional se veía cómo una educación un poco de menos.

No sé si fue mi testarudez o  sabiduría innata, ya que yo seguí insistiendo y al final me fui a estudiar con caballos; por aquel entonces, un curso subvencionado por la Generalitat, en la Remonta de l’Hospitalet de LLobregat.

 

Guia de Turismo Ecuestre. Triunfé. Conocí a un grupo de personas que no teníamos nada en común excepto una pasión increíble por los caballos. Fueron  mis compañeros de curso y durante 9 meses me lo pase de ensueño. Estaba en la gloria. Caballos, amigos y rutas.

 

Cuando terminó el curso, me fui de aprendiz con uno de los referentes de doma clásica en España. La idea era estar entrenando con él durante un par de años y luego seguir con los caballos. No fue así. Al cabo de siete meses de estar en su centro, llamaba cada noche a casa llorando. Ya no me gustaban los caballos. Ya no quería estar más allí.

 

Acortando un poco  mi historia, terminé por irme al Reino Unido.

 

Me fui por un mes, y quince años después aún estaba allí. Inglaterra me dio la oportunidad que no encontré en España. La oportunidad de aprender con profesionales equinos empáticos, sabios y disciplinados que no sólo entendían de monta, sino que también entendían de herraje, de biomecánica y comportamiento, de salud y manejo, guarnicionería. Aunque cada uno se especializaba en una área, todos sabían de todas, y entre ellos se ayudaban y complementaban.

No solo aprendí y pude trabajar con caballos desde otro prisma mucho más avanzado, empático y profesional, sinó que también me especialicé en un nicho que me fascina: el entreno y rehabilitación física y mental de caballos.

 

En Inglaterra curse una carrera en equitación. Me gradué en etología, en equine body worker, senior eventing coach y manager de caballerizas por la British Horse Society y gracias a los caballos de la Guardia Real Inglesa y todos los profesionales que compartían empleo conmigo me convertí en la entrenadora y coach que soy hoy. Con los caballos de la Guardia Real me especialicé en problemas de comportamiento y rehabilitación física. Poder estar sumergida en un centro con más de trescientos caballos en medio de Londres, me dio muchísima experiencia, tanto en análisis de cojeras cómo en comportamiento equino. 

 

Después de once años con la Guárdia Real decidí irme ya que reeducar problemas de comportamiento sin poder cambiar el entorno se convirtió en una lucha interna para mi. Cuando deje la Guardia Real Inglesa, me fui con un sueño también: si algún día tenía la posibilidad de adoptar uno de los caballos destinados a matadero por peligroso, me lo quedaría e intentaría reeducarlo para que pudiera ser un caballo funcional.

 

Después de Inglaterra me fui a trabajar con caballos por distintas partes del mundo, Alemania, Países Bajos, los Emirates Árabes e incluso remotos sitios cómo Sudan. Educando tanto en el arte ecuestre cómo en mejorar las relaciones entre caballos y sus humanos.

Durante estos años combiné mi pasión por viajar con la de mi trabajo, los caballos. Fueron unos años increíbles, ricos en experiencias mágicas tanto con los caballos cómo por las diferentes culturas que tuve la suerte de descubrir.

 

Hace unos nueve años, que volví a España, con la ilusión de crear una metodología de entreno que fuera ética y respetuosa tanto para los caballos cómo para los humanos. No solo pude crearla, Symbiosis, sinó que con mi compañero de viaje abrimos Pikdame Equestrian Education, el único centro en España dónde se pueden cursar los Stages de la British Horse Society y en que también certificamos y educamos con la metodología Symbiosis.

 

Para mi sorpresa, dos de los caballos imposibles de la Guardia Real Inglesa hicieron camino y llegaron a casa, y seis años después, puedo decir con gran orgullo que nuestro trabajo de rehabilitación y entreno de caballos con la metodología Symbiosis es todo un éxito. Desde luego Bambino y Sushi han contribuido muchísimo a mi educación como entrenadora y jinete, han sido y son unos grandes maestros, me están enseñando y me permiten seguir aprendiendo cada dia cómo conseguir los patrones de movimiento correctos para cada uno, cómo poder hacer ejercicios de Alta Escuela con la máxima relajación y la mínima intención. He podido recuperar unos cuerpos deteriorados y unas mentes reacias al contacto humano.

 

Mi sueño de poder formar a los futuros profesionales de la equitación en España, ser un referente de cualificaciones de calidad, elevando conciencia y compartiendo mis conocimientos como mujer de caballos que soy así cómo seguir rehabilitando caballos, es el trabajo de mi dia a dia, y continúa siendo la más grande de mis pasiones.

 

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